domingo, 31 de mayo de 2020

SOBRE LA POSIBILIDAD DE VIDA EN ESTRELLAS DISTANTES


  Hace unos dias, mientras navegaba en internet, concretamente en twitter ( la red social fundada en marzo de 2006), descubrí un excelente hilo elaborado por una pareja de científicos en su cuenta Bajo la Sombra del Teseracto. El hilo trata sobre la posibilidad real de que exista vida alrededor de otras estrellas distantes, y que en realidad no es tan alta la probabilidad como podríamos asumir cuando pensamos rápidamente en la cantidad de galaxias y estrellas en el universo observable, y la cantidad de planetas orbitando esas estrellas, que incluso el número de aquellos que orbitan en las llamadas zonas habitables de las estrellas es un número bastante grande.

  El hilo en cuestión es bastante esclarecedor en este y otros temas, y lo reproduzco íntegramente a continuación:

  Es fácil echar cuentas rápidas y decir que teniendo en cuenta la cantidad de estrellas que hay en la galaxia debe haber muchos mundos habitables. Hoy les queremos contar porque habría que reducir nuestras expectativas. Hablemos de estrellas que pueden tener planetas habitables.

Para sorpresa de nadie, las estrellas como el Sol pueden tener planetas con vida y si quieres una prueba échale un ojo al espejo más cercano, a la mosca que te toca la nariz o al cactus que (no) te sobrevive más de una semana. Así que empecemos por hablar de nuestra estrella.

El Sol es una estrella de tipo G, es decir una estrella relativamente pequeña, no demasiado brillante y, con una esperanza de vida de 10.000 millones de años en secuencia principal, es decir, bastante longeva.

La estabilidad es imprescindible para la vida, y eso lo sabemos por el estudio del desarrollo de la vida en nuestro propio planeta que ha requerido 4.500 millones de años hasta llegar a nuestro estado actual. El tiempo es muy necesario.El Sol vive suficiente como para cumplir este requisito, como es obvio, pero ¿qué otras estrellas son capaces de cumplirlo? La respuesta a esta pregunta nos la da la astrofísica.

Sabemos que las estrellas más masivas que el Sol brillan mucho más, una estrella dos veces más masiva podría brillar hasta diez veces más, y eso no sale gratis. Ese brillo extra se paga con hidrógeno, y este es limitado.

Por el contrario, una estrella con la mitad de la masa podría brillar diez veces menos, es decir viviría mucho más que el Sol. Empecemos por esta clase de estrellas, que podrían parecer las más interesantes, al menos en cuanto a esperanza de vida.

La masa mínima que una bola de gas espacial debe tener para ser considerada estrella es de un 8% de la masa del Sol. Se estima que es el mínimo imprescindible para que en su núcleo se produzcan reacciones de fusión, estas son las estrellas tipo M.

Estas estrellas son muy poco brillantes y casi eternas. Pueden parecer ideales, pero también debemos tener en cuenta que cuanto menor es la estrella, más próxima tendrá su zona de habitabilidad (ZH). Si la estrella es muy pequeña, esto puede dar lugar al acoplamiento de marea, es decir, el planeta siempre tendrá la misma cara hacia su astro, al igual que pasa con la Luna y la Tierra. Como consecuencia de esto una cara arderá y la otra se congelará. No parece algo idóneo para la vida.

Pasamos a estrellas algo más grandes, las estrellas tipo K, las naranjas. Estos astros pueden vivir hasta el triple de años que nuestro Sol y además son muy abundantes. Tienen una masa de entre el 50% y el 80% de la del Sol, y parecen buenas candidatas para buscar vida.

¿Y por encima del Sol? Aquí tenemos las estrellas tipo F, bastante menos longevas que nuestro astro. No parece fácil que se llegue a generar vida inteligente a su alrededor, pero no se pueden descartar formas de vida más simples. Sus planetas podrían ser habitables, pero quizás no habitados. ¿”Ideales” para la colonización? Quién sabe.

Y más allá la cosa no está mejor. Las estrellas que más brillan mueren rápido. Puede que demasiado rápido como para que se lleguen a formar siquiera planetas a su alrededor antes de que estallen como supernovas.

En conclusión, no todas las estrellas valen. No pueden ser ni demasiado pequeñas ni demasiado grandes. Eso nos deja una horquilla alrededor de estrellas como el Sol.


Por: Bajo la Sombra del Teseracto
Twitter: @BTeseracto



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