En la antigüedad, se creía fervientemente en la alineación planetaria, o sea que los
planetas de nuestro sistema solar, en algún momento dado, podrían alinearse
perfectamente, y a esto se le atribuían numerosas consecuencias desde
sobrenaturales hasta catastróficas.
Pero, ¿qué hay de cierto en esto de la alineación planetaria desde el punto
de vista astronómico?
Primeramente
hay que ver las dos variantes de esta posible alineación: Por un lado se
refiere a que si nos parásemos en el Sol veríamos a todos los planetas en una
sola línea recta frente a nosotros. Por otro lado, también se llama alineación
al momento en que todos los planetas siguen una misma línea.
Una alineación
vista desde el Sol es imposible de apreciar, debido a la inclinación de los
planetas. En general lo que podemos ver es la configuración planetaria mediante
la cual están todos los planetas en el mismo cuadrante. Esto ocurre solamente
cada 200 años.
En
realidad los planetas no se alinean,
aunque muchos de ellos suelen estar en la misma región en algunos momentos
específicos. La próxima configuración planetaria será en 2040 cuando Saturno,
Venus, Júpiter y Marte lo hagan, pero como resulta evidente, no todos los
planetas participan de esto.
Los planetas no
se alinean perfectamente en una línea como suelen ser representados en las
sobrenaturales historias sobre el espacio o en falsos informes astrológicos,
sino que se encuentran en una misma región. Las órbitas de los planetas no son
perfectas como para cruzarse, sino que se mueven en tres espacios
dimensionales.
Además,
el hecho de que algunos planetas se encuentren en una misma región desde
nuestro punto de vista, no implica que también lo estén si los vemos desde el
Sol. Por lo tanto, la alineación de los
planetas es algo que depende del sitio desde donde estamos viendo y no
tanto de algo que los planetas tienen independientemente de lo demás.
Lo
más cercano que estarán los planetas de alinearse en términos de regiones
cercanas será el 6 de mayo de 2492, y aunque a los habitantes de la Tierra no
nos afecte en nada, ni habrá consecuencias catastróficas ni eventos
sobrenaturales, podría resultar interesante como fenómeno visual.
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